Amigos, fiesta, noche.
Así fue como ella lo conoció.
Jamás se habían visto, ni siquiera sabían sus nombres, pero esa noche lograron
encontrarse. La chispa fue inmediata. Tantas risas, tantas miradas, sólo podían
significar amor a primera vista. La primera cita. Ambos nerviosos, pero ninguno
sin admitirlo. ¿Qué decir? ¿Qué hacer? Ambos preguntándose lo mismo. La
despedida de esa noche llegaba. El momento era ese, ambos lo sabían. En la
puerta de su casa, justo cuando ella iba a entrar con la pena de que no hubiera
pasado, él la detuvo y la giró para darle el beso.
¿Novios? Claro que sí. Ambos
sabían que esto era de verdad, que el sentimiento que habían logrado sentir no
era cualquiera, sino que era uno llamado amor. Besos, abrazos, secretos, caricias
todo lo que ambos habían soñado. Pero como cualquier sueño, todo termina.
Él tiene que salir de la ciudad.
Ella no puede ir con él. ¿Es el fin? Ninguno de los dos puede creerlo. Nadie
quiere resignarse a la idea de que no volverán a verse. ¿Y todo lo que
construyeron? No. Ellos saben que esto no funcionaría. Es un adiós. O con
esperanzas, un hasta luego.
Tristeza, lágrimas, vacío. Un mes
sin él y ella ya no puede más. Tiene que hacer algo, él es el amor de su vida.
Lo sabe. Está segura. Y ya tiene decidido lo que va a hacer: empacar sus cosas
e ir a buscarlo. Muchas veces la vida ya le había quitado gente especial, pero
en este caso ella no se quedaría cruzada de brazos.
Recuerdos asaltan su mente en el
viaje. Lleva en su maleta todas las memorias de ellos, y todas las esperanzas
de que esto funcione. Nervios, angustia. Él sabe que ella llegará. Pero ella no
sabe lo que el sentirá ahora. Es arriesgado, una locura, pero es por amor.
Llega a su destino. El corazón la
acompaña con latidos desenfrenados. Salé del vagón, observa a la gente. No lo
encuentra. ¿Y si no vino? A lo mejor era la forma más fácil de decirle que no
quería volver con ella. El miedo la embarga, hasta que ve sus ojos. Está ahí, a
metros de ella, pero con sólo verlo sabe que lo de ellos continuará para el
resto de sus vidas, porque aquel 20 de enero sus vidas volvieron a continuar.
"En el momento que vi tu mirada buscando mi cara,
la madrugada del 20 de enero saliendo del tren,
me pregunté que sería sin ti el resto de mi vida, y
desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer..."
Oh, amiga... Como que me identifiqué un poco con el comienzo, eso de amor a primera vista y todo, la diferencia es que mi final es distinto jajaja (ya, llegué hablando de él. PERDOOOOOOOÓN, es inevitable ;c) y eso po, precioso texto, lo amé... No me acordaba de esa canción... ^^.
ResponderEliminar(sé que sólo te inspiraste en ella jaja, ahora si me doy cuenta, no como con "payphone" jajajaj).
Ohhhhhh Dios, que pedazo de dulzuraaaaa!
ResponderEliminarMe encanto de verdad, siempre que leo estas mini historias me dejas como con cara de boba y una sonrisa, es que son tan tiernas :B jajajaja
Bueno nada, la canción yo la cantaba cuando era chiquita y ahora la estoy cantando justamenteeeee, es muy linda :)
Voy a leer la historia que me queda, sos tan buena escribiendo :)